4 de julio de 2009

¡Viajeros, al tren!

Parece que por estos universos la telepatía es el más común de los dones, porque tenía pensado volver al ataque (o a la tortura, os dejo escoger).

Durante mi exilio cibernético seguí haciendo reseñas de todo aquello que he leído, oído o visto, así que durante unos días iré compilando lo mejor y lo peor de estos meses.

El campanazo, o mejor dicho, la película que me dejó a cuadros hace unos días fue El Cocinero, el Ladrón, su Mujer y su Amante de Peter Greenaway, un experimento tanto a nivel estético como argumental del que no pienso desvelar ni el argumento.
Eso sí, no apta para todas las mentes... ni para tu vecina la fan del guapete de los hombres de Paco.

Toda una rareza (y con música del incombustible Michael Nyman).



Volvamos, pues, a rescatar del olvido aquel material que es no digno de ello y a lapidar aquel que se lo merezca.